viernes, 3 de abril de 2009

Reseña: “Metáforas de la vida cotidiana” Introducción

La mayoría de las personas tienden a pensar en el concepto `metáfora´ como rasgo únicamente pertenecedor al ámbito lingüístico, un recurso poético que tiene como uso válido el campo literario. Sin embargo, George Lakoff y Mark Johnson optan por por concebir esta noción como algo más amplio, un proceso que tiene efecto en la vida cotidiana de cualquier individuo. Nuestro pensamiento, nuestras acciones, prácticamente todo lo que realizamos tiene un contenido metafórico que nunca nos hemos parado a investigar. Todo esto dirige a la conclusión que la totalidad de nuestra vida diaria, según Lakoff y Johnson esta regida e influida por metáforas.

La introducción al libro de los autores mencionados intenta aclarar cual es la base de ambos para llegar a la conclusión expuesta anteriormente. Desde tiempos muy lejanos la metáfora es concebida como un rasgo aplicado a un contexto distinto del que proviene,y en este análisis se intenta aplicar este significado a la actividad continua del ser humano. De este modo, nuestros autores presentan varios tipo de conceptos metafóricos: las llamadas metáforas de orientación (la mayoría referidas a la orientación espacial); metáforas ontológicas (por las que se categoriza a un fenómeno); y metáforas estructurales (una actividad se estructura en términos de otra).

El objetivo principal del escrito y el que se incluye al comienzo de la introducción, es el intento de demostrar que también al hablar, recurrimos a multitud de metáforas, expresiones que utilizamos en un campo distinto al que corresponden. Ante esta visión se incluyen constantes ejemplo que demuestran que las metáforas son empleadas de un modo mayor del que generalmente creemos. En todos los lugares y todas las lenguas abundan las expresiones metafóricas, y muchos enunciados no son posibles si no se realizan a través de estas. Pero es necesario dejar claro que no todas las culturas comparten el mismo contenido, de ahí que exista esa variedad metafórica tan pronunciada.

Un aspecto fundamental es que el contenido metafórico es sistemático, y del mismo modo, el lenguaje que utilizamos para explicar ese concepto también lo es. Esto hace que para explicar diferentes metáforas debamos recurrir a explicaciones que también las contienen.

Todo este análisis nos indica que el conocimiento del concepto `metáfora´ debe ser de mayor amplitud y asimilar el hecho de que su uso y aplicación va más allá de la mera utilización escrita.

Jose Luis Castillejo

miércoles, 1 de abril de 2009

Los deportes en la Lengua

Hay fenómenos que inciden con mayor o menor fuerza en el lenguaje de un país, y el deporte lo ha hecho durante toda la Historia con una potencia casi imparable. Desde que en la Europa del s. XIX los deportes llegasen casi como un ejército al que nadie pudiese parar, a casi todas las fronteras del mundo, en lenguaje se ha adaptado a todo el fenómeno referente.

Palabras propias que han adquirido otro significado, términos que han llegado desde otros países y que han perdurado, términos extranjeros que se han hecho con nuestra nacionalidad. Palabras y más palabras que sin un balón, una tabla, una raqueta, o un terreno de juego no tienen sentido.

A finales de los años 80 la Carta Europea del Deporte plantea la necesidad de otorgar un enfoque más humanista y cultural a la lingüística deportiva con el fin de evitar confusiones y crear una unificación terminológica en los distintos deportes.



En una lengua como la nuestra es donde surge la necesidad de crear este tipo de diccionarios, la causa principal reside en la multitud de vocablos extranjeros existentes en los deportes, en su mayoría son importados de otros países y que debido a la popularidad que adquieren en nuestro territorio, es necesario llevar a cabo estas recopilaciones terminológicas

Por eso, muchos se han dedicado a intentar agrupar y dar sentido a quien no consiga encontrarlo, a tanta terminología. Diccionarios de deportes concretos, diccionarios del deporte conjunto. Jesús Rodríguez Castañón lo hizo con su Diccionario terminológico del deporte, Espasa hizo lo propio en su tiempo. Glosarios de los Juegos Olímpicos. Libros y libros que se apresuran a darle al ciudadano una visión culta de todos los deportes.

¿Qué ha hecho la lengua con estas palabras apiñadas en páginas y páginas? ¿Cómo las ha tratado? ¿De dónde vienen?

EJEMPLOS:
Terminología de fútbol: Probablemente uno de los deportes donde más intentos unificadores y de recogida terminológica se han producido. Conceptos propios del lenguaje futbolísticos son: chupón (jugador que retiene demasiado el balón); cantada (fallo del portero); sombrero (pase del balón por encima de la cabeza); córner (saque de esquina).

Terminología del Bodyboard
: El bodyboard es un derivado del surf. Este deporte que se remonta quinientos años atrás en la Historia, obtiene este denominación en Polinesia cuando los conquistadores vieron como los nativos “navegaban” deslizándose entre las olas.
En el bodyboard encontramos tablas de aproximadamente un metro y cuarenta centímetros hechas con fibras denominadas “buguis”. Consiste en deslizarse por las olas de forma prone (tumbado), drop knee o Peralta (arrodillado con una pierna) o stand up (de pie). Además de la pequeña tabla, se necesita una serie de equipamiento como “escarpines” (calcetines de neopreno), aletas cortas o “ancas de rana”, traje de neopreno… Una vez dentro del agua, el rompiente de las olas es denominado “pico”. Remar con manos o pies se define como “bogar” y las maniobras conseguidas tienen nombres varios como 360, aéreo invertido, aéreo, rolo, rolo trompo…

Terminología del baloncesto: dentro del deporte de la canasta también se han recogido varios términos de uso lingüístico, como es el caso de rebote (recogida del balón tras el fallo en la canasta), tapón, con el significado de detención de la pelota en su trayectoria aérea hacia la canasta, o pasos, que es la infracción que se comete al hacer más de 3 pasos seguidos sin botar el balón.


Fuentes consultadas

- http://www.idiomaydeporte.com/diccionario.htm


- http://www.efdeportes.com/efd113/diccionario-terminologico-del-deporte.htm

Reseña de las Metáforas en la vida cotidiana

Las metáforas formaban parte de la propia Literatura y eran los críticos literarios los encargados de realizar su estudio. No se tenía en cuenta su función representativa en la realidad. Esto fue así hasta los años sesenta y setenta, cuando una serie de estudiosos (Max Black, Nelson Goodman y Donald Davison) empezaron a estudiar las metáforas como tema de investigación filosófica. Posteriormente, Lakoff y Mark Johnson con el libro de “Metáforas en la vida cotidiana” demostraron que el lenguaje es más metafórico de que lo pensamos y muchas formas de la vida cotidiana se generan a partir de la experiencia y de nuestra forma de pensar .La coherencia y el orden de nuestros conceptos se basa en cómo los mecanismos de metáforas condicionan nuestra propia experiencia.
Uno de los términos más importantes es el de la metáfora conceptual: "Las generalizaciones que rigen las expresiones metafóricas no están en el lenguaje, sino en el pensamiento. Son ‘mapeos’ generalizados que cruzan dominios conceptuales".
George Lakoff destaca tres características de las metáforas conceptuales:
1) Las correspondencias lingüísticas son sistemáticas.
2) El uso de metáfora para regir el razonamiento y el comportamiento que se basa en dicho razonamiento.
3) La posibilidad para entender extensiones novedosas en términos de las correspondencias convencionales.

La metáfora es un elemento que nos permite comprender una materia o un elemento abstracto. A los lingüistas Lakoff y Johnson les interesan las expresiones del tipo “perder el tiempo”, “ir por caminos diferentes” que reflejan conceptos metafóricos sistemáticos que estructuran nuestras acciones y pensamientos.
Lakoff y Johnson presentan tres tipos de metáforas conceptuales:

Metáforas de orientación espacial: Surgen de nuestra constitución física y son las relacionadas con arriba-abajo, dentro-fuera, profundo-superficial, etc.La cantidad y la escasez se relacionan con arriba y abajo: “los precios suben”, “la Bolsa de desploma”...Lo bueno se relaciona con arriba y lo malo con abajo: “personas de clase alta o baja”, “hay que levantar la moral y no caer en una depresión”.


Metáforas ontológicas: A algo se le da una categoría peculiar considerándolo algo diferente.La mente o inteligencia humana (o la cabeza como símbolo) es un recipiente: “no nos cabe en la cabeza lo que alguien ha hecho”, “las ideas nos dan vueltas”, “algunas asignaturas no nos entran”…La sociedad es un cuerpo: cada persona forma parte de un órgano que tiene una función determinada.

Metáforas estructurales: Una actividad o experiencia se estructura en función de otra. El amor es un viaje: “la relación está en una encrucijada” o “va sobre ruedas”, “hay que ir despacio y tomarse la relación con tranquilidad”, “no se debe ir muy deprisa”, “el matrimonio naufraga”...El deporte es una guerra: “los equipos se enfrentan y tienen un capitán”, “se prepara la estrategia”, “se ataca y se defiende”, “se tira o dispara a portería”...
En el caso del deporte y la guerra se puede apreciar la interacción de sus correspondientes metáforas. Por lo que se puede dulcificar el proceso duro que es una guerra, nombrando un ganador o un vencido. Y el deporte está muy influenciado por el campo de la guerra, al considerar por ejemplo un partido de fútbol como una batalla y sus jugadores son “combatientes” en busca de la victoria.









miércoles, 18 de marzo de 2009

Neologismos

Se entiende por neologismo aquella palabra nueva que se incorpora a una lengua, esta puede proceder de otra lengua distinta o de nueva creación. La causa por la que se produce esta incorporación se debe a una simple moda o por necesidad de la propia lengua.
Algunos de los neologismos que se incorporan no son imprescindibles, pero muchos otros se hacen necesarios.

Varios son los recursos que permiten la creación de estas palabras, son los siguientes:

Composición- Este proceso resulta de unir dos o más palabras las cuales fueras de esta unión, poseen significado propio y valor por sí mismas.
“Me ofreció el abrecartas con cierto desprecio”
“Suele utilizar el matamoscas para acabar con la plaga de insectos”
“Me han regalado un sacacorchos muy original”
Derivación- Consiste en un procedimiento morfológico que consiste en añadir afijos (prefijos, sufijos, interfijos, circunfijos) a una base para construir una palabra nueva.
“Tiene mucha desconfianza hacia ese asunto”
“No me gusta su ropaje
“He visto el pinar por primera vez”
Combinación- En este caso, se añaden dos o más morfemas, sin que exista claramente una forma más simple intermedia.
“Me dio un paraguazo sin mediar palabra”(para-agua[s]-azo)
“Se le puede llamar quinceañero” (quince-año-ero)
Acronimia- Se caracteriza por la formación de palabras a través del empleo de siglas, las cuales son sintagmas nominales y tienen el género y número del núcleo de los mismos.
“Por suerte pude superar la ESO
“Tengo que coger todos los días la RENFE para llegar al trabajo”
“El AMPA trabaja siempre pensando en lo mejor para los alumnos”

En este breve artículo se refleja la actual aprobación de neologismos por parte de la Real Academia Española (RAE):

BIEN DICHO
Las palabras feminicidio y femicidio son neologismos por incorporar a nuestra lengua, surgidos de la adaptación al español (para algunos la traducción) de la similar inglesa femicide.La Dra. Marcela Lagarde y de los Ríos, difusora del primer término, afirma que ''en castellano femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de mujeres''. Aclara que para separar este concepto del tema asociado a este tipo de crímenes que la ocupa -- el conjunto de hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres -- utiliza el término feminicidio.La palabra es otro ejemplo de neologismos surgidos en los últimos tiempos, condicionados por fenómenos sociales y de otra índole que precisan ser catalogados por su propia esencia y cuya aceptación los académicos de la RAE no acaban de aprobar.Ejemplo:• Por lo general el término feminicidio no es comprendido enteramente, utilizándose simplemente como la ``feminización del homicidio''.

Fuentes utilizadas-> http://www.elnuevoherald.com/opinion/trasfondo/story/397541.html (Artículo)
http://es.wikipedia.org/wiki/Neologismo

miércoles, 11 de marzo de 2009

Procedimientos de creación de las palabras

Una palabra está formada siempre por una raíz, elemental e insustituible, que nunca cambia y por afijos que resultan ser elementos que se unen a la raíz para dotar de sentido a la palabra, para modificar su raíz o para delimitarla de alguna forma. Estos afijos a su vez se escinden en afijos flexivos y en afijos derivativos. Los primeros no crean ni forman ningún tipo de palabra nueva, los segundos, al contrario, si lo hacen. Su función de hecho, es formar nuevas palabras.

Esta formación de palabras viene dada por tres métodos: derivación, composición y acronimia.
La derivación es un procedimiento en el cual una palabra nueva se crea a partir de otra, por la acción de añadirle un afijo. La añadidura de sufijos hacen que se cree una palabra diferente a la original, por ejemplo, de roer tenemos roedor, de tonto nos sale tontear, y de fascismo, fascista. Al contrario que los sufijos, que si cambian la categoría gramatical de la palabra, tenemos los prefijos, que no cambian en ningún momento la categoría gramatical. Los prefijos suelen provenir de lenguas muertas como el latín o el griego. Una división ejemplificadora sería la de prefijos cuantitativos (-multi, -poli), prefijos intensivos (-super, -hiper).

La composición, se trata simplemente de unir palabras que ya de por si tienen un significado propio. Para lograrlo, basta con unir un verbo con un nombre y saldrán palabras como sacapuntas o limpiaparabrisas, unir dos nombres (piso piloto), juntar nombres y adjetivos (Cruz Roja) o añadirle un nombre a un adjetivo: cortometraje.

Como último método tenemos la acronimia. Con la acronimia lo que consigue es una palabra nueva a partir de la unión de elementos de diferentes palabras. Por ejemplo, de cantante y autor obtenemos cantautor. La acronima también funciona a la hora de formar palabra a través de siglas. De PP, pepero.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Los determinantes: determinantes numerales



Los determinantes son una clase heterogénea de palabras. Esto quiere decir que no todas poseen las mismas características. Sin embargo se engloban en una sola clase porque todas cumplen la misma función sintáctica: son determinantes. Hemos visto con anterioridad que los sustantivos nos valen para designar a todos los seres de una especie. Con perro nos podemos referir a todos los perros. Sin embargo, cuando nosotros utilizamos esa palabra, necesitamos precisar, determinar su significado. Para ello usamos los determinantes.

Como vemos, la función de los determinantes consiste en precisar el significado del sustantivo al que acompaña. Por ello, tiene que ver también con los adjetivos. De hecho, muchos determinantes reciben también el nombre de adjetivos determinativos. Frente a los adjetivos calificativos, que expresan cualidades, los adjetivos determinativos determinan al nombre, señalando su número, orden, pertenencia, situación, etc... Además se diferencian porque los adjetivos calificativos constituyen una clase abierta de palabras, mientras que todos los determinantes son una clase cerrada.

Existen numerosos tipos de determinantes entre los que se encuentran los numerales.

Los determinantes numerales son los que expresan de modo preciso y exacto la cantidad de objetos designados por el nombre al que acompañan, delimitan o designan.
Limitan el significado general del nombre, precisando con exactitud la cantidad de objetos que aquel designa o el lugar de orden que ocupan.


Los numerales pueden ser de varias clases. Los más importantes son:

Cardinales: informan una cantidad exacta:
Quiero cuatro libros.
Ordinales: informan del orden de colocación:
Quiero el cuarto libro.
Fraccionarios: informan de particiones de la unidad:
Quiero la cuarta parte.
Multiplicativos: informan de múltiplos:
Quiero doble ración.

Bibliografía consultada:

http://lenguayliteratura.org/mb/index.php?option=com_content&task=view&id=85&Itemid=130

http://mimosa.pntic.mec.es/ajuan3/lengua/determ.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Ling%C3%BC%C3%ADstica

miércoles, 25 de febrero de 2009

Los periodistas ante el idioma - Alejandro de la Cruz Diago

Las agresiones contra la lengua castellana realizadas por algunos periodistas provocan que algunos filólogos quieran realizar una Ley de Defensa del Idioma. Sin embargo, esa Ley sería insulsa, ya que la mayoría de los hablantes de una lengua poseen una gran ignorancia en cuanto a cuestiones lingüísticas se refiere.

No obstante, el periodista debe de manejar el idioma como algo fundamental en su trabajo, ya que su dominio del lenguaje debe de ser más amplio que el del lector común. Sin embargo muchas veces se clama por los desatinos lingüísticos de los profesionales de la información, por el mero hecho de estar a la vista de la opinión pública; pero eso es erróneo, ya que la gran mayoría de las veces hacen un excelente trabajo con la lengua.

La gran cantidad de traspiés en el lenguaje que ha cometido la profesión periodística en sus últimos años viene reflejada en algunos ejemplos que los periodistas han adaptado del registro de la lengua oral. Por ejemplo: las confusiones de género entre los vocablos, la confusión entre los adverbios comparativos mayor que, menor que o mejor que; o el mal uso que hacen de determinadas formas verbales, como el gerundio o la voz pasiva, además del desconocimiento de la homonimia. Todo ello se debe a la imposición de clichés, que han suplantado las formas verbales y naturales del idioma.

Pero no sólo en el periodismo escrito se porducen este tipo de fallos. También el periodismo locutado es partícipe de fallos de entonación, con constantes acentuaciones de los sustantivos en lugares no apropiados, las sinalefas en algunos nombres propios (menciona el ejemplo de San Lorenzo de El Escorial) o los intentos de imitación de pronunciación de los xenismos y topónimos foráneos, denominados españolizaciones fonéticas.

En definitiva, el mantenimiento de la unidad lingúistica es algo que desea toda la comunidad de hablantes, y que empieza por el aprendizaje (de calidad, riguroso y donde todos los estamentos educativos pongan de su parte) desde los colegios hasta la Universidad. No obstante, los periodistas hasta que llegue esa generación deberían usar dos sistemas: la presencia en un Seminario Permanente de Lengua Española y la presencia en las redacciones de los diarios y emisoras de radio y/o televisión de un asesor lingüístico

miércoles, 18 de febrero de 2009

-Género y número gramaticales: vocablos latinos

La lengua castellana, al ser fruto del latín, ha dado pie a gran cantidad de palabras, términos y expresiones en ese idioma que han sido adaptadas al castellano, manteniendo su escritura y pronunciación o adaptándola en otros casos.

La lengua latina en los ámbitos profesionales

Las expresiones latinas* son conjuntos de palabras (generalmente sintagmas preposicionales) que se suelen utilizar para describir una situación o una realidad. Muchas de estas expresiones tienen un carácter jurídico y, hoy en día, se siguen usando en el ámbito del Derecho; como es el caso de in dubio pro reo cuyo significado es el de en caso de duda, a favor del acusado o de iure, que quiere decir de acuerdo con la ley. Pero no sólo en el Derecho tienen cabida estas expresiones; la Iglesia durante más de 1700 años ha conservado el latín en sus ritos, y prueba de ello son expresiones como Ad maiorem Dei gloriam (A la mayor gloria de Dios) o Agnus Dei (Cordero de Dios). Actualmente, toda esta amalgama de expresiones se sigue utilizando en la actualidad en esos ámbitos.

El español actual y el latín

El latín también ha pervivido en el lenguaje actual, y prueba de ello son palabras como ultimátum, referéndum, accésit o déficit, procedentes del latín y que han sido adaptadas al castellano gráficamente. No obstante, los plurales de estas palabras pueden variar, ya que los vocablos latinos suelen tener una regla fija de formación de los plurales: ya que palabras como las mencionadas anteriormente añaden una -s al final del término para formar su plural. No obstante, hay excepciones como la palabra álbum, que forma su plural con -es o el sintagma nominal los currículum vitae.

Errores más frecuentes en expresiones latinas**

Finalmente, vamos a comentar los errores que se dan en el castellano al decir expresiones latinas. Uno de los errores que cometemos al hablar, es cuando decimos la expresión grosso modo, que se utiliza incorrectamente, con más frecuencia de la deseada, con la preposición a delante de la expresión. Este fenómeno debe de erradicarse por completo, ya que denota un gran desconocimiento del latín, perjudicial para nuestra lengua.

Bibliografía consultada
* http://www.wikilengua.org/index.php/Latinismos
**http://misvaguedades.blogspot.com/2007/07/el-talibn-lingstico-grosso-modo.html

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sobre el estándar y la norma -Alejandro de la Cruz Diago-

No se puede unificar una lengua ni crear una variedad estándar para todos los hablantes, ya que es técnicamente imposible. Esta frase resumiría el texto de J.A. Pascual y E. Prieto, acerca del estandar y la norma, el cual está dividido en dos partes: la primera, acerca de la llamada “variedad estándar” que abarca más de la mitad del texto, y la segunda a propósito de la norma.

A lo largo de este texto, vemos como las distintas variedades de la lengua afectan a la sociedad en varios ámbitos, ilustrándonos esas manifestaciones con elementos cotidianos como tertulias o redacciones periodísticas, donde se ponen de manifiesto, las incapacidades de expertos y trabajadores del lenguaje a la hora de transmitirlo a la sociedad, que de algún modo muerde el anzuelo y cae en los mismos errores. También pone en evidencia la continua, pero insulsa, lucha entre filólogos para decidir los estándares de una lengua. Otra cosa sobre la cual se hace hincapié es el tema de los xenismos o extranjerismos, y cómo la lengua española en particular, ha ido adaptando estos vocablos a fin de hacerlos manejables para la sociedad.

La segunda parte del texto, aquella en la que se habla acerca de la norma, profundiza en el mal uso común de palabras y en la confusión existente en cuanto a ciertos términos; para ello recurren a ejemplos de paronomasia como uncida y ungida; o de locuciones mal formuladas (entre la espalda y la pared). También se reflejan vocablos que debido a su continuo uso entre un grupo social determinado mayoritario y posterior aceptación de este grupo, han sido finalmente aceptados por los académicos.

En definitiva, los problemas de un idioma se deben resolver mediante la actuación de los gramáticos y filólogos y el acatamiento de las leyes lingüísticas por parte de la sociedad.

Sobre el estándar y la norma -Ignacio Casado Chozas-

En este texto se puede ver que es algo descabellado intentar que todos los hablantes de una misma lengua se expresen de la misma manera, ya que existen diferentes formas de expresarse (en función de la situación geográfica) y no sabemos a ciencia cierta cuál es la más correcta. Existe una corriente a favor de crear una única forma de hablar, pero esa única forma de hablar es la de los impulsores de esta idea, y esto significaría dejar fuera al resto de las formas de hablar e infravalorarlas. La lengua es una herramienta muy importante para el hombre en el proceso de comunicar, que deberá mejorar y evolucionar conforme a los cambios que se produzcan en la sociedad y adaptarse a los cambios y la entrada de las nuevas tecnologías en la nueva era tecnológica, donde los cambios influyen de forma decisiva en la lengua.
Puesto que la lengua debe evolucionar y perfeccionarse, la cuestión a debatir es la manera llevar a cabo ese perfeccionamiento y por medio de que vías. Es normal que entre las lenguas de cultura se distingan diferentes formas de hablar de estas que se utilizan en relaciones formales y sobretodo en la escritura. Esta lengua que se utiliza en estas ocasiones es la llamada lengua estándar, y dice de ella que es la forma hablada en situaciones formales, que suele ser la lengua oficial del estado y que es hablada por personas imponiéndose a las variedades geográficas que puede haber entorno a la estándar.
Por lo tanto cuando más se acerque una lengua a su estándar, habrá un mayor nivel de perfección y evolución. Pero hay que decir que no existe la lengua ideal, por lo que habrá por siempre diversas variaciones de las lenguas que mucha gente acusa de no ser adecuadas. Estas variaciones incorrectas aparecen por la necesidad de utilizar la herramienta que es la lengua, en un lugar y momento determinado. Estas variaciones hacen que la lengua sea más rica y más útil, ya que se puede utilizar en un mayor número de ocasiones.Debido a las diferentes variedades que tienen la lengua, debemos intentar luchar para darle un uso correcto para que así sea una lengua más rica, mediante el conocimiento de nuestra propia lengua. Lo que queda claro es que la lengua perfecta no existe, y siempre habrá variaciones y debemos intentar hacer el mejor uso de ella posible.

Sobre el estándar y la norma -Ayoze Álvarez Cartaya-

Aunque se intente establecer la lengua sobre una base científica, que la estandarice, la unifique, y la convierta en única y exclusiva en un determinado espacio y en un determinado tiempo, esto es, sencillamente imposible. No hay una unificación entre los hablantes que consiga establecer la diferencia entre los que hablan bien (que siempre dirán que hablan bien) y los que hablan diferente a los que afirman que hablan bien (pues también dirán que hablan bien). Solo puede dirigirse un código, que estipule una norma aunque sea una sola teoría sin legitimarla científicamente, un código acientífico.
Una lengua se suele “propagar” sobre otras, siendo la única oficial, convirtiéndose en la lengua que todos deben de hablar y respetar, la que se debe usar a la hora de escribir, una lengua en definitiva societaria. Es esta lengua la que recibirá el sobrenombre de “estándar”.
Pero no se puede hablar de “lengua estándar” sin pasar por alto matizaciones y puntos a clarificar, dada la dificultad de la lengua a la hora de coexistir en una sociedad. La vida real de las personas es muy diferente, y todas distan de llegar a ser modelos de referencia, para que la inmensa mayoría los acate. Se cae a menudo en una imperfección, de la cual la lengua hace eco. Si no hay una base sólida donde asentar la lengua, para que esta sea “perfecta”, no lo será, y como esta base, que debe de darse en la sociedad, no existe, no podrá ser así bajo ninguna circunstancia. La diversidad de la vida real obliga a pensar, que no todos comparten el mismo punto de opinión sobre una lengua común, una lengua que represente a todo el mundo, no hay una “lengua nuestra”, puesto que no todos los individuos piensan de esta manera tan generalizada. Por eso, cuando se habla de “lengua estándar”, hay que ver que el cariz que contiene la expresión no puede, bajo ningún concepto, convertirse en una tiranía sobre los diversos dialectos y códigos coexistentes, puesto que estos, representaran a pequeñas minorías, serán estos los que se conviertan en su lengua común, y no hay por qué no respetarla.
Por ser la lengua estándar, la común, no significa que esté bien, puesto que las lenguas se deben legitimar, tanto en el respeto, como en lo objetivo de su contenido.
Pese a todo, quien se afana en conseguir que una lengua se sustente en un código, se encuentra con la seria dificultad de intentar corregirla una y otra vez, de controlar un elemento salvaje y vivo, que no siempre responde a los mismos estímulos. La lengua la hablan las personas, y las personas viven y conviven en ambientes muy distintos. Son las personas quienes forman el lenguaje. A pesar de que una ley decrete que el uso de una palabra sea tal, y no sea cual, la validez de esa ley no depende de nadie salvo de los hablantes. Pero hay que regirse por una norma. Cuando se crea la norma hay que acatarla, que no significa dejar de lado nuestro propio dialecto o nuestra lengua aunque no sea la común, pero si respetar la norma en la coordenada de la oficialidad.
Aunque el ámbito lingüístico sea de continuos vaivenes y de idas y venidas bruscas, se trabaja de forma comprometida y dura por mejorarlo. La riqueza de la lengua se basa en la diferencia, pero también se basa en que todos, sea cual sea nuestra lengua, logremos comunicarnos.

Problema lingüístico: Los xenismos

Un extranjerismo es aquel vocablo o frase que un idioma toma de otro, generalmente para llenar un vacío de designación. Puede mantener su grafía y pronunciación originales o puede adaptarlas a las de la lengua meta. A estas palabras también se las conoce en español como xenismos o préstamos lingüísticos.

La gran mayoría de los xenismos que se forman actualmente vienen y se forman con palabras del inglés; aunque también se recurren a ciertos vocablos del latín o del griego. Actualmente, para identificar la gran cantidad de préstamos a los que está recurriendo el idioma castellano, la Real Academia ha creado el Diccionario del Español Urgente, donde aparece una gran cantidad de extranjerismos para casos de duda; no obstante, la RAE ya ha dictado el modo de escritura de algunos términos, como pueden ser los anglicismos póster y gángster, cuyos plurales se deben escribir con la terminación -es, en lugar de -s.

TIPOS DE EXTRANJERISMOS
Los extranjerismos, como ya hemos dicho, son nuevas palabras creadas a partir de formas y significados tomados de otras lenguas. Y existen distintos tipos en función de su forma y de su origen.

En función de forma se clasifican a partir de cómo se hayan formado y estructurado. Y existen tres tipos:

Préstamo léxico: se adopta la forma y el significado de una unidad lingüística perteneciente a otra. La adopción implica una adaptación de la pronunciación original y, casi siempre, de la representación ortográfica.
Ej. Football------ fútbol
Scanner------escáner
Préstamo semántico: se adopta el significado de una palabra extranjera para una forma ya existente en la lengua receptora.
Ej.Mouse------- ratón
Window------- ventana
Calco semántico: se adopta el significado de una palabra traduciendo el significante a la lengua receptora.
Ej. Top secret-----alto secreto
Acid rain---------lluvia ácida

También están los extranjerismos en función a su origen: según provengan de Inglaterra (anglicismos), Francia (galicismos), Alemania (germanismos), Portugal (lusismos), Cataluña (catalanismos), Italia (italianismos) y países árabes(arabismos).Estos son los extranjerismos más comunes en el castellano, sobretodo anglicismos, galicismos y germanismos(estos en menor medida)



LOS EXTRANJERISMOS E INTERNET

La mayoría de los extranjerismos, aunque algunos pocos logren establecerse como una palabra local más, suelen ceñirse en un grupo que responde a características técnicas, precisas y concretas.

Internet es uno de estos grupos, pero la globalización del fenómeno comunicativo y de la banda ancha a casi todos los hogares, empresas y cualquier plataforma pública o privada, ha cargado el vocabulario de extranjerismos que aceptamos y usamos como palabras tan normales y castellanas como otras cualesquiera.

La propia palabra Internet es un extranjerismo global, es decir, un vocablo que ha calado de manera universal, cosa que pocas palabras llegan a conseguir (un ejemplo es taxi).
Paralelamente a Internet, se ha asentado la palabra “web”. Palabra que ha tomado el género femenino (la web, una web) sin ningún problema entre los hablantes. Entre Internet y la “web” sale a la luz el blog, al que no le ha supuesto problema alguno crear su familia rápidamente, así encontramos bloguero, o blogosfera. Una de las acciones de uso más frecuente en Internet, es utilizar el chat, que como el blog no ha tardado en crearse su propia acción, su propio verbo: chatear (hay que puntualizar, que chatear como verbo ya existía antes de crearse este último, y significa consumir “chatos”, pequeños vasos de vino. Esto pone en entredicho el debate de si los extranjerismos cuando usurpan palabras con distintos significados locales deben ser aceptados o no)

Pero de la misma forma que Internet impone sus reglas, a veces una lengua también contraataca. Es el caso del declive del e-mail por el nuevo y cada vez más fuerte resurgir del correo, o el famoso y endiablado firewall, que nada tiene que hacer contra su homologo castellano, el cortafuegos.

Y así el habla popular avanza. Hoy se escuchan estos extranjerismos a todas horas, pero quizás mañana no. De hecho, ya nadie sube archivos a Internet, ahora todo el mundo los cuelga.


CONCLUSIÓN
Los extranjerismos no cambian una lengua. La enriquecen, y cuando llegan es porque se necesitan. Si no existiese un ente material o abstracto que no tuviese una definición en una lengua cualquiera, se tornaría necesario que otra palabra. De todas formas, la lengua es sabia, y no porque en un territorio se adopte otra frase, u otra expresión, se va a perder la tradición. El mundo avanza y la lengua con él.


Links:
http://liceu.uab.es/~mestre/A1/dossier-neologismos.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Extranjerismo
http://librodenotas.com/romanpaladino/15352/internet-y-extranjerismos
http://librodenotas.com/romanpaladino/15352/internet-y-extranjerismos

Sobre el estándar y la norma -José Luis Castillejo-

Resulta evidente que nuestra lengua no posee una ley específica que determine cuál es la forma correcta de hablar o de redactar. Ante esta realidad, es costumbre intentar generalizar una lengua común entre todos los individuos, expresarse de la misma manera y con los mismos registros y conseguir crear un leguaje que identifique a todos por igual. Pero obviamente esta es una realidad utópica, puesto que para lograr este objetivo, la totalidad de las personas sostienen una visión muy diferente de lo que debe considerarse una legua común y correctamente hablada, y como es evidente, ningún individuo goza del raciocinio adecuado para afirmar que su ortografía o su expresión oral son las verdaderamente fiables y correctas para que todos nos ciñamos a ellas.

Por lo tanto resulta incuestionable que el problema del lenguaje se caracteriza por una complejidad que va más allá de las simples opiniones o creencias de cualquier persona. Hasta aquí es necesario aclara dos conceptos importantes, el primero es que en la vida real no existe la perfección y por consiguiente tampoco existirá un lenguaje o habla perfecto, en el que se manifieste la imposibilidad de cuestionar ninguna de sus normas y principios. El segundo aspecto a clarificar, es que se entiende por “nuestra lengua”, ya que no todos consideran como propio el mismo lenguaje. En esta reseña, se deriva de nuevo como natural e indiscutible, que en nuestro marco social existen y conviven multitud de variedades lingüísticas sobre las cuales, generalmente se designa a una o varias lenguas como las oficiales de la región. Esta consideración de elevar una lengua determinada sobre otros dialectos coexistentes no quiere decir, ni mucho menos, que tales dialectos se deban considerar como secundarios o caracterizarlos con una menor importancia, en lo que al contenido lingüístico se refiere, ya que es indudable que de la misma manera se trata de hablas comunes entre determinados habitantes. Aquella lengua que esta alzada por encima de otras recibe el nombre de lengua estándar, y se caracteriza por ser la empleada para relaciones oficiales o la que aplica en el ámbito escrito. A pesar de ser la lengua estándar manejada en la mayoría de los actos, no escapa ante el problema planteado anteriormente, mantiene una serie de carencias que evidencian que existen multitud de fallos de los que los individuos se sirven en el día a día, y en ese compendio de individuos nos incluimos todos.

Una vez aclarado y tomado conciencia de este problema, surgen aquellas personas que ponen todo su afán en intentar corregir y mejorar el lenguaje, aunque esta es una tarea ardua y requiere gran dedicación. Tarea ardua porque en muchas ocasiones tendemos a considerar que el simple hecho de que existan un cierto orden lingüístico en lo se refiere a la clasificación de un conjunto de palabras o unas normas concretas, este problema adquiere una dimensión mayor y está por encima de estos simple hechos.
La labor de aplicar un significado concreto a una palabra o hacer que esta se redacte de una manera específica es un proceso difícil de argumentar, y es difícil puesto que una palabra no poseerá una significación distinta por el hecho de que se escriba de manera diferente a la que la norma considera. De hecho, la palabra estándar que se emplea en este escrito, toma un significado diferente según la persona que la emplee o que haga uso de ella en un determinado momento.
Se hace necesario mantener una postura ambigua y dudar de todo aquello que compete a las lenguas, no se puede considerar al estándar como la lengua más correcta, del mismo modo que es evidente que no se usa comúnmente, y no se puede garantizar que esto sea una ventaja o por el contrario un inconveniente.

Se puede sacar en claro en lo referido a una lengua estándar que no por ser la común y más generalizada, tiene un carácter impoluto y, ni mucho menos, deber ser obligada para todos los sujetos, puesto que la existencia de dialectos y otras variedades suministra un gran enriquecimiento para todos en general. El análisis y valoración de una lengua u otra debe hacerse desde el respeto y la objetividad.

Una duda que seguramente quede patente y todavía esté por resolver en esta argumentación, es la de quien o que considera que una lengua se dialogue o se transcriba de una determinada manera, y quien afirma que esa es la forma correcta y válida. Todo resulta opinable, y por consiguiente la aplicación de una norma lingüística no debe tomarse a la ligera y en gran medida depende de la aceptación social que tenga dicha ley. La norma es una realidad, y todos debemos ser conscientes de ella y aceptarla como tal, no es un hecho objetivo, pero con el tiempo adquirió un carácter determinado que la identifica y debe admitirse.

Como conclusión ante este manifiesto, se puede sacar en claro que a pesar de que una lengua tenga unos determinados ítems, resulta obvio que en el habla o la escritura cotidiana, tales normas son saltadas con relativa facilidad. Esto debe hacernos reflexionar y aprender a aprehender nuestra propia lengua que nos garantiza una riquísima variedad en todos los aspectos.

Quizá resulte muy complicado el crear una lengua perfecta, puesto que probablemente la perfección no exista, y mucho menos en esta cuestión, esto no significa que nos demos por vencidos en la lucha continua por mejorar nuestro ámbito lingüístico, pero sí que se hace necesario que aquello que ya está implantado y constituido como correcto, y por lo tanto, lo que caracteriza a una lengua bien empleada, sea utilizado por el total de los individuos con el fin de mantener una sociedad más sabía y educada.

José Luis Castillejo Morón

-Género y número gramaticales: Clasificación de los nombres por su género

Una de las formas más comunes de clasificar los sustantivos es a través del género. Se trata de una clasificación gramatical propia de los sustantivos. Existen dos posibilidades de clasificación de los nombres por su género: masculino y femenino, que sintácticamente se pueden definir de la siguiente manera:

Masculino: Pertenecen a este género aquellos sustantivos que exigen el artículo ÉL y la desinencia –O del adjetivo. Ejemplo: El chico, el cielo.

Femenino: Pertenecen a este género los sustantivos que exigen el artículo LA y de desinencia del adjetivo –A. Ejemplo: La niña, la puerta.

Pero esta no es la única forma en la que se organizan los sustantivos en cuanto a su género gramatical, existan una serie de casos especiales en los referido a esta clasificación, son los siguientes:

Nombres comunes en cuanto al género: Se caracterizan por disponer de una única forma para el masculino y el femenino. Ejemplo: El/la turista, el/la testigo.

El escritor —no lo puede evitar— siente una especial predilección y atracción por el turista pobre [...] [Camilo José Cela: Cajón de sastre]

Sin siquiera una idea articulable olió el peligro, se dijo que por más atrasada que estuviera la turista inglesa en su cena era necesario quedarse ahí [...] [Julio Cortázar: Territorios]



Nombres ambiguos: Son aquellos nombres que en nuestra lengua presentan dudas en cuanto a su verdadero género, aunque generalmente, suele existir predilección por uno u otro. Ejemplo: El calor, el calor. El azúcar, la azúcar.

*No deben confundirse los nombres ambiguos con los comunes en cuanto al género, debido a que estos últimos implican un cambio de realidad, mientras que los ambiguos, designan la misma materialidad sea masculino o femenino.

Nombres heterónimos: Son aquellos nombres que pese a su contenido semántico muy cercano, no comparten la misma raíz. Ejemplo: Toro, vaca. Hombre, mujer.

Nombres epicenos: Son aquellos sustantivos que poseen un único género gramatical, sea masculino o femenino. Por lo que no es posible que cambien de género para indicar una diferencia de sexo. Ejemplo: El hámster (masculino y femenino) Bebé (masculino y femenino).

Nombres masculinos y femeninos asociados a significados diferentes: Poseen una representación distinta según sean masculinos o femeninos pero mantienen una relación. Ejemplo: Leño/leña. Cerezo/cereza.

Nombres parónimos: Palabras muy parecidas en su pronunciación y escritura pero muy diferentes en cuanto a significado. Su relación es puro azar. Ejemplo: efecto y afecto. Absorber y absolver.

Bibliografía: Diccionario de la Real Academia Española (RAE), 22ª Edición, Ed.: Espasa, 2001.
Web: http://blog.lengua-e.com/2007/nombres-comunes-en-cuanto-al-genero/

José Luis Castillejo Morón

Ignacio Casado Chozas

Ayoze Álvarez Cartaya

Alejandro Diago González

miércoles, 4 de febrero de 2009

-Género y número gramaticales: El género gramatical

Dentro de la lengua castellana, encontramos varios elementos que distinguen a los nombres. Uno de ellos, el género gramatical, es uno de los estamentos que organizan nuestro vocabulario. Podemos clasificar, o denominar al género gramatical como un archivador, o mejor, un ente que organiza y dispone los nombres según su naturaleza lingüística. Estipulando una serie de grupos finitos con características comunes, el género gramatical se encargará de que dichos nombres ocupen el lugar adecuado dentro de esos grupos.

Los grupos de género y los géneros

Hay que dejar claro, que aunque los grupos de género son masculino, femenino, y en algunos casos neutros, la realidad física del nombre no tiene porque relacionar directamente el sexo biológico con el género gramatical. El género gramatical es, y solamente es, una propiedad lingüística de los idiomas. En nuestra lengua, el género juega su papel de hacer concordantes a un sustantivo con un adjetivo, por ejemplo, o al propio sustantivo con su artículo.

En la división, en nuestro idioma castellano, de géneros gramaticales, tenemos que hacer unas apreciaciones concretas en cuanto a los dos grandes grupos, el masculino y el femenino. En cuanto al género masculino, no solo engloba a palabras en masculino, como la palabra caballo, cuyo genero está fijado como masculino y cambiándole la terminación en -o por la terminación -a, no se obtendría una palabra con igual significado (se obtendría un vocablo aceptado por la R.A.E., como es caballa, pero su significado sería diferente), pero con otros términos ocurren cosas muy diferentes, como es el caso de la palabra soldado o contable, que pertenece al género masculino, pero sabemos que en un grupo de soldados o contables también pueden encontrarse mujeres, ya que su forma femenina singular es la misma, sin añadir ninguna terminación. Esto quiere decir, que el género masculino responde a la definición de ser inclusivo. Por el contrario, sabemos que entre las esquiadoras no hay ningún esquiador masculino. Es el género femenino por lo tanto, exclusivo.

¿Cómo se forman, cómo se clasifican las palabras en un grupo de género o en otro?

La respuesta a esa pregunta viene dada por los morfemas. Los morfemas son una unidad lingüística mínima cuyo significado modifica o completa el significado de los lexemas. Entre los morfemas de género encontramos el utilizado para las palabras en masculino: -o (aunque también para formar algunos masculinos no se utiliza el añadido de morfemas: conductor), solo uno y simple. En femenino, el morfema -a forma palabras como conductora, diputada o asistenta, la terminación -esa da lugar a princesa, duquesa o condesa; el sufijo -isa crea sustantivos como poetisa, -ina es el gérmen de palabras como heroína e -iz forma emperatriz o institutriz.