miércoles, 11 de febrero de 2009

-Género y número gramaticales: Clasificación de los nombres por su género

Una de las formas más comunes de clasificar los sustantivos es a través del género. Se trata de una clasificación gramatical propia de los sustantivos. Existen dos posibilidades de clasificación de los nombres por su género: masculino y femenino, que sintácticamente se pueden definir de la siguiente manera:

Masculino: Pertenecen a este género aquellos sustantivos que exigen el artículo ÉL y la desinencia –O del adjetivo. Ejemplo: El chico, el cielo.

Femenino: Pertenecen a este género los sustantivos que exigen el artículo LA y de desinencia del adjetivo –A. Ejemplo: La niña, la puerta.

Pero esta no es la única forma en la que se organizan los sustantivos en cuanto a su género gramatical, existan una serie de casos especiales en los referido a esta clasificación, son los siguientes:

Nombres comunes en cuanto al género: Se caracterizan por disponer de una única forma para el masculino y el femenino. Ejemplo: El/la turista, el/la testigo.

El escritor —no lo puede evitar— siente una especial predilección y atracción por el turista pobre [...] [Camilo José Cela: Cajón de sastre]

Sin siquiera una idea articulable olió el peligro, se dijo que por más atrasada que estuviera la turista inglesa en su cena era necesario quedarse ahí [...] [Julio Cortázar: Territorios]



Nombres ambiguos: Son aquellos nombres que en nuestra lengua presentan dudas en cuanto a su verdadero género, aunque generalmente, suele existir predilección por uno u otro. Ejemplo: El calor, el calor. El azúcar, la azúcar.

*No deben confundirse los nombres ambiguos con los comunes en cuanto al género, debido a que estos últimos implican un cambio de realidad, mientras que los ambiguos, designan la misma materialidad sea masculino o femenino.

Nombres heterónimos: Son aquellos nombres que pese a su contenido semántico muy cercano, no comparten la misma raíz. Ejemplo: Toro, vaca. Hombre, mujer.

Nombres epicenos: Son aquellos sustantivos que poseen un único género gramatical, sea masculino o femenino. Por lo que no es posible que cambien de género para indicar una diferencia de sexo. Ejemplo: El hámster (masculino y femenino) Bebé (masculino y femenino).

Nombres masculinos y femeninos asociados a significados diferentes: Poseen una representación distinta según sean masculinos o femeninos pero mantienen una relación. Ejemplo: Leño/leña. Cerezo/cereza.

Nombres parónimos: Palabras muy parecidas en su pronunciación y escritura pero muy diferentes en cuanto a significado. Su relación es puro azar. Ejemplo: efecto y afecto. Absorber y absolver.

Bibliografía: Diccionario de la Real Academia Española (RAE), 22ª Edición, Ed.: Espasa, 2001.
Web: http://blog.lengua-e.com/2007/nombres-comunes-en-cuanto-al-genero/

José Luis Castillejo Morón

Ignacio Casado Chozas

Ayoze Álvarez Cartaya

Alejandro Diago González

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